viernes, 4 de mayo de 2007

Viaje de ida ... vuelta, en el tren

A la mañana camino las cinco cuadras que hay hasta la estación y trato de tomarte un tren rápido que va desde Temperley hasta Constitución. Es un diesel, y tarde diez minutos menos que el eléctrico. Este día lo tomé. Es un día gris, como una llovizna que no cae, garúa se llama, pero a mi me gusta decirle así. Casi siempre el tren viene demasiado lleno, pero hoy vino tranquilo, y me pude quedar en la puerta, que siempre está abierta. Así que bien sujetado, escuchando Bowie, emprendí el viaje que me lleva a hacer lo que hago, todos los días, día tras día. Y he aquí un poco del paisaje que tanto disfruto.



De repente uno medio se asusta, pasa un tren el la vía de al lado y piensa que pasa demasiado cerca, pero no, el ruido hace que se pierda la música que escucho, pero se va, y continúo con el siguiente tema.


El riachuelo, apenas pasando la estación Avellaneda. Llego a Constitución, gente, en el subte la misma historia.



Y emprendo mi viaje de vuelta, pasaron más de diez horas desde que salí de mi casa. Por suerte otra vez tomo un rápido, y esta vez me siento en la puerta. De nuevo la lluvia que no cae, de nuevo los auriculares en mis oídos.

Más trenes que pasan cerca, más estaciones que van quedando atrás, siempre las mismas. Y llego a Temperley. Y subo las escalres, atravieso un pedazo del puente, y camino nuevamente las cinco cuadras.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pfff, hacés sonar de linda la rutina!

Chico idiota dijo...

guau... un viaje bastante pesado..

pronto vienen los nuevos coches con puertas que se cierran automaticamentes asi que tus viajes seran un poco mas confortables y aburridos

Luciano dijo...

Como buen Escaladense, hago casi el mismo recorrido pero en el eléctrico, y también es una de las fuentes más frondosas de inspiración a la hora de escribir.