lunes, 26 de marzo de 2007

Las manos que danzan

Era una calurosa mañana de principios de otoño; el cielo, fatigosa y lentamente, se iba desprendiendo de su obscuridad espesa. Las calles , no tan tristemente, todavía estaban medio desoladas.

El tren, apresuradamente, estaba repleto.

Vestido ligeramente acorde con la temperatura, me ubiqué en un rincón detrás del asiento individual, y muy cercano a la puerta que se abriría ocasionalmente.

Unos vagos hilos de sol se atrevieron a divisarse en el oriente, aparecidos como en un cuadro enmarcado por la puerta. Instantáneamente, por encima de las casas, comenzaba a mostrar su figura. Belleza cual ojos cegaban.

Una madre con su bebé reposaban en el asiento. Mi mano derecha, en busca de estabilidad del cuerpo, se agarraba con firmeza al respaldo del asiento. El bebé, pecho a pecho con su madre, me contemplaba asombrosamente.

Bajose su pequeña y tímida mirada hacia mi mano, la cual motivada místicamente moviose con entusiasmo, dedo a dedo, lado a lado. La dulce criatura alzó su diminuta mano y encontrose con la mía, comenzando una danza mágica e inolvidable...




jueves, 15 de marzo de 2007

Pistacho

El pistacho (Pistacia vera L.) es un árbol caducifolio dioico perteneciente a la familia Anacardiaceae, su fruto es una drupa monosperma rica en aceite (contenido medio próximo al 55 %) de 0.2-2,5 cm de longitud, ovalado, seco, con cáscara dura y lisa. La semilla es la parte comestible, compuesta por dos cotiledones voluminosos de coloración verde o verde amarillenta con tegumento rojizo. Su peso es aproximadamente de 1.40gramos.
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Me gusta comer pistacho. Tenerlos en un bolsa, o en lata si se compra en supermercado, e ir seleccionando cual me voy a comer. Tomarlo con los dedos, el gordo y el índice, y abrirlo utlizando las dos manos. Me quedo con una mitad, en la que está la semilla claro está, y me la llevo a la boca, mordiendo con los dientes delanteros. Y es en ese momento cuando el sentido del gusto entra en acción. Salado al principio, un gusto medio soso dirían algunos, pero ese sabor tan rico, tan carecterístico. Lo tengo unos segundos en la boca, y despúes muerdo, mastico y trago, quedándose un dejo entre pistachezco (¿?) y salado, y luego me paso la lengua por los labios. Todo esto con los pedacitos de cáscara en cada mano respectivamente, y la mayoría de las veces queda como una pielcita en una mitad, cosa que me la llevo a la boca y la como, sientiendole todo el gusto salado que queda en la cáscara.

martes, 13 de marzo de 2007

Caminando por el barrio

Ayer salí a caminar por el barrio. En realidad tenia que hacer una dilegencia, pero de paso aproveché para caminar, o viceversa, es decir, aproveché a hacer el mandado ya que salía a caminar. No recuerdo bien como fue. Cuestión es que estaba caminando, a la ida fui por el lado este, por una calle de adentro, lado este me refiero respecto del tren, del lado de mi casa. Quedan todavía calles adoquinadas, con árboles grandes cuyas copas hacen una especie de puente sobre la calle tocándose con sus vecinos de la mano de enfrente. Un par de caserones ingleses, siempre de a dos, no se por que. Y mi favorita, un casa inglesa venida abajo, grande, lástima que tiene una antena gigante delante, pero me encanta, y esta está solita, no tiene duplicado. Eran alrededor de las 5 de la tarde, hacía calor, pero disfrutaba el paseo, el sol se colaba entre las hojas de los árboles y con los ojos semicerrados parecía que me había levantado de una siesta. A la vuelta regresé por el lado oeste, donde ahí se encuentra el barrio inglés propiamente dicho, y bueno, muchas casas al mejor estilo mencionado, casonas. Pero más movimiento de gente de ese lado, mas peatones que esquivar, mas gente que mirar, mas gente que me miraba, mas caca de perro que esquivar. Finalmente volví a casa.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Pie camina

Pie camina por mi barrio, pie camina por la ciudad. Pie se cansa a veces, pero no está solo en su andar. Pie tiene compañía, tanto abajo como arriba, pie disfruta cuando pisa.
Las calles ha de recorrer, con su calzado misterioso, dejando su huella, que nunca es una sola. Pie también se divierte, cuando a otros pares ataca misteriosamente.
Su camino no tiene fin, solo cuando me siento, o cuando de repente, me encuentro durmiendo.
La vida de pie es una sola, mas no le queda otra. ¿ Será su suerte, como la de muchos, esperar ansioso, para reposar? Encerrado en madera no se quiere hallar, pues así su destino no quiere encontrar. Cuando no quede suelo que recorrer, ni aire que patiar, a las estrellas, el solo quiere llegar...