Un día estaba sentado en la vereda de mi casa cuando ví que a lo lejos venía un amigo caminando. El no notó mi presencia y eso que sólo nos separaba media cuadra de distancia. Se lo veía muy compenetrado en sus pensamientos y encima hacía gestos con la mano como que si estuviera hablando solo. Cuando pasó por al lado mío lo detuve, y evidentemente se sorprendió mucho que yo lo apremiara hablando solo.
-¿Qué hacés? –le pregunte.
-Nada - me respondió- bueno en realidad estoy hablando conmigo mismo, tengo un par de cosas que aclarar, pero ojo, no sea cosa de que pienses que escucho cosas en mi cabeza y que le estoy hablando a esas vocecitas, a ver si todavía la gente me trata de loco.
2 comentarios:
Hay locos lindos, este parece uno de esos ^_^
gonzo
Guau!
Hace mas de dos años desee que publicaste este post!
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