jueves, 31 de mayo de 2007

Ajeno a las lágrimas

Miércoles por la tarde, pasado el mediodía. Tenía que comprar algo, y como disponía de tiempo libre fui con la idea de hacerlo. A la primer casa que voy no tenían, me mandan a otra a unas veinte cuadras, decido ir caminando, es por la calle Cabildo. Camino, me gusta hacerlo e ir observando, o no, esquivar gente, mirar lo que hace, pensar, mirar el cielo, los edificios, nuevamene la gente, esquivarla. Mirar sin mirar, ver algo, que pasen menos de cinco segundos y olvidarme que miré, que pensé. De pronto veo a una gitana, o señora, o lo que fuere, de esas que piden en la calle, tiradas en la vereda, con una cartel y una lata, la veo como en un pestañear, menos de un segundo, y lo que veo es que está llorando desconsoladamente, con lágrimas de verdad en los ojos. Y sigo caminando, todos siguen caminando, repito, menos de un segundo fue. Ajeno a las lágrimas. Las cuadras pasan, en un puesto de diarios veo una revista que tiene una foto de Einsten vestido de cura y dice, "Ciencia y religión", me río, sigo caminando. LLego al lugar donde tenía que ir, tampoco había lo que precisaba, me mandan a otro a otras veinte cuadras por donde había estado. Decido ir caminando, por la misma calle, Cabildo, pero esta vez me pongo la música, y voy cantando. El paisaje mucho no cambia, gente, esquivar gente, el cielo, autos, colectivos. Las cuadras siguen pasando, y nuevamente, como en un pestañear, me reencuentro con la señora que antes lloraba, pero esta vez no lloraba, esta vez estaba acompañada por un criatura, de unos cuatro a seis años, y esta vez reían, ajenas a las lágrimas...

viernes, 18 de mayo de 2007

Cosa de locos

Un día estaba sentado en la vereda de mi casa cuando ví que a lo lejos venía un amigo caminando. El no notó mi presencia y eso que sólo nos separaba media cuadra de distancia. Se lo veía muy compenetrado en sus pensamientos y encima hacía gestos con la mano como que si estuviera hablando solo. Cuando pasó por al lado mío lo detuve, y evidentemente se sorprendió mucho que yo lo apremiara hablando solo.

-¿Qué hacés? –le pregunte.
-Nada - me respondió- bueno en realidad estoy hablando conmigo mismo, tengo un par de cosas que aclarar, pero ojo, no sea cosa de que pienses que escucho cosas en mi cabeza y que le estoy hablando a esas vocecitas, a ver si todavía la gente me trata de loco.

martes, 8 de mayo de 2007

Historia de Palito, el dibujo que cobró vida, y rápido la perdió...

Primero fue el fondo, un amarillo pastel porque me gustan los colores pastel. Segundo fue él, naranja, con palitos que siempre me gustó dibujar personas con palitos, y su expresión, ninguna. Y así empieza como cobró vida, o no, así comienza su historia.
El palito, u hombre, o personaje, o como quieran llamarlo si se encariñan con él, estaba caminando por el fondo amarilo pastel. De repente apareció una nube celeste, también pastel, y empezó a llover, pero la lluvia era negra, y no pastel, sino simplemente lluvia recta entrecortada y de costado. El palito no se pudo mover, quedó inmovil, esperando que la lluvia lo moje, pero la lluvia no se movía, no caía, y no era garúa. El palito se daba cuenta de eso, sabía que tenía que hacer, pero no lo hacía, demostraba lo contrario, y así su existencia bidimensional quedaba al descubierto. No le gustaba pasar por ridículo, pero pasaba, quería ser como es, pero no lo era. Cuestíon, quizás, es que la lluvia nunca llegue, y que palito nunca se mueva, y que la nube adorne para siempre el fondo amarillo pastel....

viernes, 4 de mayo de 2007

Viaje de ida ... vuelta, en el tren

A la mañana camino las cinco cuadras que hay hasta la estación y trato de tomarte un tren rápido que va desde Temperley hasta Constitución. Es un diesel, y tarde diez minutos menos que el eléctrico. Este día lo tomé. Es un día gris, como una llovizna que no cae, garúa se llama, pero a mi me gusta decirle así. Casi siempre el tren viene demasiado lleno, pero hoy vino tranquilo, y me pude quedar en la puerta, que siempre está abierta. Así que bien sujetado, escuchando Bowie, emprendí el viaje que me lleva a hacer lo que hago, todos los días, día tras día. Y he aquí un poco del paisaje que tanto disfruto.



De repente uno medio se asusta, pasa un tren el la vía de al lado y piensa que pasa demasiado cerca, pero no, el ruido hace que se pierda la música que escucho, pero se va, y continúo con el siguiente tema.


El riachuelo, apenas pasando la estación Avellaneda. Llego a Constitución, gente, en el subte la misma historia.



Y emprendo mi viaje de vuelta, pasaron más de diez horas desde que salí de mi casa. Por suerte otra vez tomo un rápido, y esta vez me siento en la puerta. De nuevo la lluvia que no cae, de nuevo los auriculares en mis oídos.

Más trenes que pasan cerca, más estaciones que van quedando atrás, siempre las mismas. Y llego a Temperley. Y subo las escalres, atravieso un pedazo del puente, y camino nuevamente las cinco cuadras.


jueves, 3 de mayo de 2007

Ilusión, desilusión, que más da?

No se esto de expresar pensamientos que significa, será publicarlos para después verlos y reirse de uno mismo, o darse verguenza, en todo caso es lo mismo. Haciendo alusión al título quiero hablar de la ilusión, por ende, ergo, entonces, la desilusión. Uno se ilusiona, cree en algo que no está pero que espera que esté, y no me refiero al futuro, sino a una ilusión en presente, a eso defino ilusión, a algo que empieza a asomar, que se manifiesta medianamente, o que uno cree, anhela, que está mínimamente pasando. Y ahí empieza la desilusión, cuando eso que uno creía no está, no pasa, y espera, espera pero se empieza a desilusionar. Entonces, esperar más será una posibilidad, pero que pasa sí uno es, digamos, ansioso, o no ansioso, pero que no acepta la incertidumbre de no saber, o que se pregunta para que demonios una tiene esa necesidad de saber. Quisiera poder decir, es mi ilusión, mi desilusión, qué necesito que se manifieste, si con lo que uno piensa debería ser suficiente. Me acuerdo de una frase que venía en un señalador hippie que me regaló una amiga, y decía algo así, como que no hay nada más acuciante que la certidumbre, y nada más bello que la incertidumbre, y sí, si uno sabe lo que va a pasar sería como aburrido, y la incertidumbre daría esa emoción de que uno no sabe que va a pasar, pero mierda, no me sirve en este momento esta frase, sólo la recordé. Volviendo, ahora que conté, una ridiculez, lo que fuere, me siento más tranquilo, me dan ganas de borrar todo lo escrito, porque realmente no se sí lo pienso así. Tal vez si la ilusión que tengo se vuelve realidad sería acuciante pensar que hacer con esa realidad, o sería gratificante, no lo sé, ni quiero saberlo, pero sin embargo pienso en la desilusión, que no es bella en este momento la incerteza. Ya, a la goma, creo que dije demasiadas incoherencias, y esto es para mí, y no se porque lo voy a publicar pero le voy a dar enter, le dí....